I
He pernoctado en la nieve, en paredes de montañas imposibles, en calabozos infectos. Me han humillado en trabajos y cárceles. Y lo he soportado.
He seguido, sigo, adelante.
Hay algo, sin embargo, para lo que nunca he conseguido un remedio eficaz: el desamor.
II
Habiendo intentado probar suerte en muchas, tal vez demasiadas suertes, debo declarar que, sea por intemperancia ó por poquedad, ninguna de mis quimeras han logrado una meta eficaz.
Ahora parece que con la eólica me irá mejor. Tendré con quién pelearme.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario